domingo, 19 de noviembre de 2006

Edwin Enrique Soria Júarez


Soliloquio

Quizá todo se resuma en el juego de palabras que los viejos predican, aquél sobre la existencia de las tres verdades: la tuya, la mía y la verdadera. Claro, si es que existe la verdad verdadera, que a veces nada más es una propia construcción mental y eso, si no se demuestra, dista de ser una verdad: es nada más un pensamiento, a lo sumo.

De esta forma, Caín especuló mientras preparaba los alimentos, el fruto de la tierra que Dios no quiso recibir.

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